Un tribunal antiterrorista de Lahore, en el este de Pakistán, sentenció a cuatro condenas a muerte y una cadena perpetua al autor de la violación y asesinato de una niña de 7 años en la ciudad de Kasur, en la provincia oriental de Punyab, en un caso que estremeció a todo el país. Imran Ali, de 23 años, fue condenado cuatro veces a la pena capital por secuestro, violación, asesinato y terrorismo, y a cadena perpetua por "acto antinatural" con una menor. Además, se le sentenció a siete años de prisión por abandonar el cadáver de la niña en un contenedor de basura.
El caso de Zainab Ansari conmocionó a todo el país. La niña, que había quedado bajo el cuidado de un tío mientras sus padres hacían una peregrinación religiosa a Arabia Saudí, fue hallada en un contenedor de basura, cinco días después de haber desaparecido. La aparición del cuerpo, cuyo examen determinó que había sufrido abusos sexuales, desató una ola de protestas violentas en las que murieron dos personas, y manifestaciones y actos en otras partes del país.
Imran Ali, no solo confesó la violación y asesinato de la niña Zainab, sino de ocho niñas más. Siete están muertas y dos sobrevivieron. La forma en que Ali debe ser ejecutado no forma parte del fallo y ha explicado que el acusado tiene 15 días para apelar la decisión judicial.
"Estamos satisfechos con el veredicto", declaró a los periodistas Muhammed Amin, padre de la niña. El hombre pidió al Gobierno de Punyab que la ejecución del asesino de su hija sea pública. "Queremos la ejecución pública en el lugar en que secuestró a Zainab", dijo.
Las autoridades acusaron formalmente a Ali, tras haber tomado muestras de ADN a 1150 personas de la zona. El Gobierno de Punyab indicó entonces que la muestra tomada a Ali se correspondió al 100% con los restos encontrados en la niña, y que el reo confesó el crimen tras haber sido sometido a la prueba del polígrafo. La policía relacionó al detenido con otros casos similares en la zona.
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